En 1941 los ingleses propagaron que habían importado 200 tiburones “come hombres” de Australia y los habían soltado en el Canal de la Mancha para que se comieran a los alemanes caídos al agua. Sin embargo, el rumor pasó sin pena ni gloria, a diferencia de otro chisme que triunfó por todo lo alto: “los ingleses pueden prender fuego al mar”. Este reportaje fue publicado por "La Vanguardia" y la revista "Historia y Vida".
Dilbert, un oficinista sin ojos que viste camisa de manga corta y corbata con la punta doblada hacia afuera, ha conseguido vender millones de libros que reúnen sus tiras de cómic, como cuento en este reportaje publicado en la revista "GQ".