- Es una fotografía en vertical. En blanco y negro. Se ve una calle. Bueno, supongo que es la calle... Hay una acera, y en un primer plano se puede ver una parte de la carretera.
- ¿Y el título? –pregunta Nejla. Esta es siempre la primera pregunta.
- La vie en rose, año 1948. Debe ser tarde, o un día nublado, porque la luz es muy suave y difusa. El cielo no se ve. Encima de la acera hay una cola de unas 20 personas.
Enviado por Iván Romero en Mié, 10/16/2013 - 18:20
Por la calle vi a alguien conocido que no quise saludar. Todo sigue su curso frenético y casi le cojo el gustillo a la plaza de les Glories. En el metro alguien canta What a wonderful world o algo parecido. Esta tarde vi a alguien. Lo conocía. Y no le quise saludar.
En la vida puedes tener dos ideas y llamarte George Lucas o tener un millón y llamarte Konjevic: la diferencia se cuenta en ceros a la izquierda del símbolo del dólar. Se dice que Lucas consiguió 2.500 millones de dólares simplemente a base de vender galletas con la imagen de C3PO, tazones con la forma irregular de la cabeza de Yoda y sartenes con el mango verde de la espada jedi. Luke Skywalker fue la primera de las dos únicas ideas que ha tenido en sesenta años. La segunda se la proporcionó su perro, llamado Indiana. El resto es historia.
Ayer, estando en el metro, vi a una mujer, de unos 50 años, no muy atractiva pero interesante, y la estuve mirando y me dije, esta mujer es interesante, quizá debería acercarme y entablar conversación y preguntarle si aceptaría que le hiciese fotos algún día, un retrato, con luz natural y ella vestida igual que ahora, con la misma ropa y, a ser posible, la misma expresión. Pero...de pronto se levantó, y salió, y me dejó parado, plantado, pensando en que nunca cambiaré y que debería de haberme atrevido a hablar con ella.
Y entonces bajó por las escaleras, toda guapa, y cantó. Una a una fueron cayendo “Di Grine Kuzine”, “Schlof zhe main Feigele”, “Oifn foirl”, “Lilly Marleen”… cuyas letras explicaba entre canción y canción: la historia del soldado alemán Hans Leip que tras ser trasladado al frente ruso en la I Guerra Mundial recuerda a su novia, la hija de un tendero de Hamburgo, su ciudad natal; la decepción de una inmigrante tras viajar desde Europa a EE.UU; las canciones de cuna yiddish de los judíos que vivían en A