Un rincón de sol junto al mercado. Unos cuantos viejos sentados en un rebate. Busco el sol como un perrito callejero. Saco las manos de los bolsillos y las caliento con mi aliento. Miro a los viejetes. Ni un hueco donde sentarme. Ni un resquicio de sol sin ocupar en el improvisado asiento. Me lío un cigarrito y miro al sol. Estornudo. Siempre lo hago cuando miro al sol. Bajo la cabeza y me percato de mi sombra proyectada en el suelo. Larga. Interminable. Vuelvo a mirar a los viejetes. Uno de ellos lee un "20 Minutos". Tiene el ceño fruncido. Parece que las noticias que ojea no son buenas. Seguro que no son buenas, pienso. Me meto las manos en los bolsillos, me aproximo lentamente a él e inicio la maniobra de eclipse. El viejete mira al cielo. No hay nubes. Vuelve a leer las noticias. Se levanta el cuello de su gabán y se suena los mocos con un pañuelo de tela. Levanta de nuevo la vista y me ve. "!Me cago en tu puta madre!", exclama. Sonrío. Suelto el humo lentamente. Apuro el cigarrito y me marcho.