“71 años trabajando sin descanso ninguno, hecho un esclavo, cuéntalo, lo mío hay que decirlo en la televisión y en los diarios”, dice Juan Arnau, a quien he visto sentado sobre su taburete de limpiabotas en plena plaza Francesc Macià de Barcelona y me he presentado como periodista. Sí, Juan, tu historia sí debería salir en televisión y en los diarios, lo siento que no la puedo llevar a prime-time, pero la recojo para "Periodismo de callejón", cuéntame, cuéntame de tu vida.
En el número 47 de la Rue Montcalm, quinto piso, primera puerta a la derecha, monsieur Le Saout me invita a comer hoy, domingo. Este hombre mayor, al que solo he visto peinado una sola vez, vive justo debajo de mi buhardilla. Vive solo, y cada semana me llama por teléfono (“soy el del sud”, es lo primero que dice), para que baje a echarle una mano con el ordenador, el wifi o simplemente para tener alguien con quién hablar.