Este reportaje recoge los despropósitos que las naciones y pueblos dedican a su prójimo. Así, mientras los alemanes son grandes bebedores de cerveza, los franceses arrastran fama de vanidosos, los holandeses de tacaños y los italianos de perezosos irreductibles. En cuanto a los madrileños, el tópico dice que son chulos y prepotentes, mientras que los catalanes pasan por avaros. De los gallegos se dice que son despistados, mientras que los canarios pasan por aplatanados y los vascos por cerrados y fanfarrones.