En 1998 el "Magazine" de "La Vanguardia" me propuso reencontrarme con el señor Claus en Santapark para obtener detalles de la cueva donde oculta los regalos y de cómo consigue que su trineo vaya exactamente a 962 kilómetros por segundo (pues, de otro modo, no podría visitar alrededor de 91 millones de hogares cargado con 1.957.420 kilogramos, según calculó en su día el periódico italiano "La Repubblica").