Delta

Imagen de Ana Montserrat

Llovían olivas

T, J y A se fueron al Delta a recoger olivas. Llovía  a catarros, los olivos se emborrachaban, la noche era negrísima, la casita blanquísima, la paz muy densa y las mantas triples. Llovía a pares. Toda la noche. A amaneció en el Titanic. La cama naufragaba. Llovía a chorros, a cuatro chorros en su desnuda habitación. Pero no había olas. No había glaciar. No había Leonardo. No había electricidad. No había nada más que agua y una cama-isla. T, J y A tomaron café, hablaron de arquitectura, de la crisis y del silencio nocturno.

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